Narváez: Monzón hubo uno, pero...

Ya estaba instalado antes, en realidad. Pero le faltaba subir este peldaño en Galicia a Omar Andrés Narváez, chubutense, 32 años, campeón mundial de los moscas OMB, para quedar a las puertas de la gloria deportiva máxima del boxeo argentino personificada en el recuerdo de Carlos Monzón. Ningún otro campeón había llegado tan lejos. Son 13 las defensas exitosas en casi cinco años de reinado. Y con un invicto de 29 peleas en su paso por el profesionalismo. Podría decirse, enton ces, que los antecedentes le alcanzan para acercarse a una comparación con el inolvidable Escopeta santafesino. Sin caer en el sacrilegio, claro.La carrera entera de Monzón parece incomparable. Reinó casi siete años en una categoría emblemática como la de los medianos. Realizó 100 peleas como profesional con una campaña extraordinaria de 87 triunfos (59 por nacaut), tres derrotas, nueve empates y una pelea sin decisión. Pero lo notable es que se tomó revancha de sus tres vencedores (en el comienzo de su ciclo que comenzó en 1963): Antonio Aguilar, Felipe Cambeiro y Alberto Massi. Con este perdió por puntos en octubre de 1964 y desde entonces realizó 80 peleas sin derrotas en casi 13 años. Se retiró como campeón invicto con 14 defensas exitosas. Y de ésas, sólo tres fueron en Argentina, en el Luna Park: ante Emile Griffith, Bennie Briscoe y Tony Mundine. Pero quedaron como tesoro las dos épicas victorias ante el colombiano Rodrigo Valdez, al final de su ciclo. Durante más de 25 años mantuvo la marca máxima de defensas entre los medianos de todos los tiempos hasta que lo superó Bernard Hopkins (al fin llegó a 20).Son menos pretencisos los pergaminos de Narváez, por supuesto. Por la categoría, por el recorrido y por la trascendencia. Cambiaron los tiempos, se multiplicaron los organismos, todo parece más atomizado. Sin embargo, apenas el galés Joe Cazaghe, monarca único de los supermedianos, lo supera en el mundo en el tiempo de reinado. Porque accedió a la primera corona en 1997 y Narváez, en julio de 2002. Es cierto, impacta más la división de los medianos (72,500 kilos) que la de los moscas (50,800). Pero para el boxeo argentino tiene una trascendencia especial la de los "pequeños". Porque Pascual Pérez, en 1954, fue el primer argentino en llegar a la consagración máxima. Y lo siguió Horacio Accavallo, en 1966. Y fue triple campeón Santos Falucho Laciar. Y también reinó en ese peso Carlos Salazar. Pero Pascual Pérez y Laciar llegaron a las nueve defensas exitosas. Esa prueba ya la había superado el chubutense.Narváez ganó el título en el Luna Park (al nicaragüense Adonis Rivas) y lo expuso siete veces en Argentina (tres en el Luna Park, tres en Chubut y una en Córdoba) y seis en el exterior (tres en Francia, dos en Italia y una en España). Pero lo mejor que consiguió fue su prestancia de campeón con estilo propio. Padeció una lesión en su mano izquierda en 2004 y desde entonces -seis defensas- sacó a relucir el repertorio de su puño derecho. Es veloz de piernas y de brazos, intuitivo, tiempista. Claro, está a la altura de los grandes exponentes del boxeo argentino de todos los tiempos. Y también quedó a un punto de igualar el récord de Carlos Monzón como campeón del mundo. Es un dato crucial que lo llena de orgullo. Ayer dio otra gran prueba de su capacidad ante Ivan Pozo en Vigo, en la cálida Galicia. Y mantiene la ilusión encendida.

Horacio Pagani, Diario Clarín

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