
Pegadores, de ir al frente, guapos. El panorama entusiasmaba en la previa. Al fin, los dos welters más rutilantes del país estarían cara a cara, sin título en juego ni TV en directo. Cuando cada uno venía invicto, el choque sonaba a utopía, pero un par de derrotas en el exterior abrieron el camino. Ganó Luján (66,200 kilos), con brillo, y ahora la mira estará puesta en Estados Unidos, con ansia de revancha. En cambio, esta nueva caída de Matthysse (tercera en las últimas cuatro, todas por KO) pone en duda su continuidad. El Terrible (66,650) recibió dos golpizas en sólo tres meses. Como mínimo, se impone un largo descanso.
¿Por qué la ganó Luján? Porque tiene más recursos, estaba mejor entrenado y dominó en todos los aspectos (táctico, estratégico, psicológico, físico y boxístico). Luján (28-5-2-1, 20 ko) empezó tomando el centro del ring y llevando por delante a Walter (26-3-0-1, 25 ko) y, en su mejor momento, recibió una izquierda cortita. Luján, que además estaba mal parado, fue al piso. Se levantó y aguantó. En el 2ø se recuperó y boxeó en forma exquisita: tiró combinaciones veloces y evitó las réplicas con visteos y gran cintura. Igual, bajaba mucho el brazo izquierdo y se exponía. Pero Iron ya había tomado la confianza necesaria. El primer minuto del 3ø fue terrible para Matthysse, arrinconado y abrumado. En el 4ø, el sureño cayó, producto de un izquierda en contra de Luján. Ya era paliza y el rincón de Walter no se apiadaba de él. Un derechazo derrumbó a Matthysse en el 5º. Le contaron diez y estuvo unos minutos en la lona, aturdido. Según Cuty Barrera, su DT, Walter llegó muy exigido al pesaje y debió bajar cinco kilos en la última semana. Bancó con su guapeza, pero la topadora Luján fue demasiado.
Eduardo Bejuk, Diario Olé.
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