
A sus atributos boxísticos, Omar Andrés Narváez parece incorporarle la paciencia como virtud. Desde que posee el título del mundo mosca de la Organización Mundial de Boxeo ha sufrido postergaciones, anuncios que quedaron truncos y ha resignado tiempo de gloria. Ni hablar de su cuenta bancaria. Con dieciséis defensas en el lomo aprendió a esperar y a canalizar la ansiedad por otras vías. Por ejemplo, recurriendo a rivales argentinos y a combates no titulares que le permitan entrar en ritmo; sumar rounds y tener un buen grado de exigencia. Santiago Iván Acosta, su rival en el “Socios Fundadores” tenía todas las fichas a la hora de la elección. “Yo quería pelear con un ranqueado y él está octavo en la OMB; es campeón argentino mosca y sudamericano supermosca. Es lo mejorcito que hay en la Argentina. Quiero buscar buen nivel y es un rival acorde”. El platense tiene en su haber un empate y un triunfo ante Raúl Medina; una victoria ante Sebastián Ferreira y registra inclusive, una derrota antes del límite con el mismísimo Jesús Jiménez, el que parece ser el próximo reto mundialista del “Huracán” a mediados de mayo y aún sin sede confirmada. Con 16-4-2 es el elegido para la vuelta y el rival que cortará la seguidilla de oponentes extranjeras para Narváez que hizo las últimas doce ante oponentes de otras banderas. Seguidor entusiasta de los boxeadores chubutenses que vienen pidiendo pista, Narváez elogió lo hecho por Lucas Matthysse en México y vislumbró futuro en el horizonte del comodorense Héctor Saldivia. “Siempre dije que me gusta la forma de boxear y el estilo que tiene Lucas Matthysse. Tiene gran técnica y siempre dije que le tenía mucha fe. Creo que lo demostró ante Vivian Harris. Tiene condiciones, pelea en el exterior y viene creciendo día a día. El “Tigre” tiene temperamento y fuerza, se prepara siempre de la mejor manera. Es un pibe sano, eso es fundamental”.
Fuente: Jornada/Foto Walter Calderón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario