El kick-boxing, lo mejor de la noche

Anoche en el gimnasio Municipal, convivieron el boxeo y el kick-boxing. Esta dinámica rama deportiva terminó acaparando los aplausos después de la coronación del comodorense Darío Achaval como campeón argentino de la categoría superligero tras noquear al bonaerense Daniel Castro.
El kick-boxing, disciplina de contacto que incluye golpes propios del boxeo y le agrega el uso de las piernas terminó convocando a buena parte del público que siguió en detalle el espectáculo.
Achaval (29 años y récord invicto de 5-0) fue claramente superior a lo largo de los interminables rounds, conectó los mejores golpes y logró neutralizar la poderosa pegada del oriundo de Lanús, un rival nada fácil en el intento de ceñirse el cinturón vacante de la AAKB.
Previamente combatieron los debutantes Pedro Fabián Garrido (71 kgs.) y Franco David Aguila (66,05) con victoria para el primero al cabo de tres asaltos.

EL BOXEO,
ACOTADO
Solamente se cumplieron dos de las cuatro peleas amateurs previstas en el arranque del programa, debido a la decisión del entrenador Robinson Zamora de “retirar” a sus pupilos en disconformidad a los fallos de los jurados designados por la Comisión Municipal de Boxeo.
Franco Mardones, debutante del Municipal Nro. 2, superó a Maximiliano Garcés en un combate cerrado y al límite. Aunque el empate hubiera estado a tono con el futuro de los entusiastas novatos, los encargados de fallar consideraron la mayor actitud de ataque de Mardones, pupilo de Carlos Mansilla.
El segundo capítulo polémico se dio en el duelo entre Juan Alvarez, de Caleta Olivia y el local Gabriel Gómez que terminó en empate. Ante esto, Zamora decidió no presentar a los pupilos que debían protagonizar los combates posteriores, Iván Alcaráz y Maximiliano Saldivia. Un contrasentido, “cuidar” el récord de los aficionados aunque yendo en contra del espectáculo y del público que pagó su entrada. El boxeo así, dio otro paso en falso.