
“Cuando pudimos salir, después de estar volando cuatro horas, el avión tuvo algún desperfecto -no sé qué pasó- y tuvimos que volver a Buenos Aires”, añadió desde Atlantic city, Nueva Jersey, donde se celebrará la cartelera de mañana. “Después de varias horas, pudimos volver a salir”.
La travesía concluyó el miércoles por la mañana, y, necesitado de descanso, Matthysse no asistió a la conferencia de prensa de ese día. “Pero ya estoy bien descansado”, agregó ayer el peleador, quien se sometía aceleradamente a los exámenes médicos de rigor. “Y el peso nunca ha sido un problema”.
Con marca de 26-1 y 25 nocauts, Matthysse, de 5’9” de estatura, y natural de Trelew, en la provincia de Chubut, en plena Patagonia, es el retador obligado de Cintrón (27-1 y 25), en su segunda presentación en los Estados Unidos. En la anterior -el 27 de mayo del año pasado- perdió su invicto al sucumbir por nocaut en el décimo episodio ante el norteamericano Paul Willliams. “Con Williams yo aprendí una lección”, dijo Matthysse, entrenado por su padre, Mario, y por Raúl Montesino.
“Para aquella pelea sólo tuve tres semanas de preparación. Pero para esta vengo mucho mejor preparado”, continuó. “Yo creo que le voy a ganar a Cintrón más que nada por mi preparación”.
“Esta pelea definitivamente no va a la distancia”, comentó a su vez el uruguayo radicado en Las Vegas, Sampson Lewkowicz, quien representa a Matthysse en los Estados Unidos.
“Yo veo a Matthysse ganando por nocaut neto y convirtiéndose en el nuevo campeón mundial”.
El viaje tan complicado, aseguró, “no le ha afectado en nada: por el contrario, le ha puesto más positivo y más hambriento de triunfo. El está concentrado sólo en esta pelea”, concluyó, “pero... que también se vaya cuidando (Miguel) Cotto”.
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