
Y ganaron todos sus hermanos. Todos por puntos. Mario, el campeón Mundo Hispano de los supergallos, a Julián Vásquez, en cuatro asaltos. Jorge, a Johnatan Monje, en su última pelea como amateur, en superwelter. Y Daniel, en el semifondo, a Adrián Dimas Garzón, como mosca, en ocho asaltos. Pero el entusiasmo, obviamente, estuvo centrado en la figura de Omar, quien ya había defendido su corona aquí -flamante, entonces- frente a Luis Lazarte, en 2003.
En realidad, la reunión tuvo un tono más afectivo que de jerarquía boxística. No deslumbran los hermanos del campeón. Y el propio campeón apenas pudo sacar algunos destellos de su repertorio. Empezó como siempre, de menor a mayor, estudiando los movimientos de su rival en el asalto inicial. Y pareció que el desafiante lo complicaría con sus largos brazos y su postura de diestro. Claro, le cuesta llegar a la corta distancia al zurdo si es más bajo. Y queda latente la posibilidad del choque de cabezas. Por eso, el árbitro Roberto Ramírez -de Puerto Rico- debió llamarle varias veces la atención a Márquez. Pero todo cambió cuando promediaba el tercer round. Narváez empezó a encontrar la distancia y se metió entre la guardia del nicaragüense. Y con su velocidad de descarga y con su precisión le fue desnudando a Márquez su ineptitud para defenderse.Todo terminó en el cuarto. Lo derribó con una andanada. Lue go llegó otra cuenta, con un empujón, en realidad, y finalmente, el árbitro decidió el piadoso final. Defensa número once cumplida. Ahora sólo lo supera Carlos Monzón con sus catorce confirmaciones. Y ése es el próximo objetivo del chubutense. "No puedo creer que ya lleve once defensas del título. Y ahora, claro, me gustaría alcanzar a ese gran campeón de los argentinos que se llamó Carlos Monzón". Estaba feliz, con su familia, con sus amigos, en el gimnasio que lleva su nombre desde esta semana. "Fue bueno pelear aquí para mi gente. Y respondieron, eh. Yo les entregué todo lo que puedo dar, mi esfuerzo, para que saliera un gran espectáculo".
-Y ahora, ¿cómo sigue la historia?-El rival es el italiano Sarritzu, figura como retador oficial. Desde julio estuvimos en tratativas, pero él no quiso enfrentarme. Ahora veremos; yo tengo que hacer la defensa obligatoria.-Ya peleaste dos veces con él, con el saldo de un triunfo tuyo y un empate.-Es enmarañado. Pero creo que le gané las dos veces. Claro, peleamos en su tierra. Quiero pelearlo de nuevo para que queden claras las cuentas. Ahora que ya estoy con la mano izquierda al noventa por ciento (recuperada de la fractura) no tendré problemas.Se parece a un autodidacta. El fija sus entrenamientos y el plan de pelea. Tiene experiencia y convicciones. Se dice que no conviene que un boxeador sea el jefe de su equipo. Omar lo es. Y le va bien.
Horacio Pagani, enviado especial de Clarín. Foto Julio Arrative.
No hay comentarios:
Publicar un comentario