Dedicada para el "Tigre"

Sebastián Heiland, zurdo e invicto, tiene una especial relación de afecto con Comodoro Rivadavia, la ciudad en la que entrenó hace algunas semanas y en la que cultivó una amistad con Héctor Saldivia, el triple campeón welter. El “Gauchito” de Pigue, radicado en Cipoletti, tuvo ante sí al primer extranjero de su carrera: el veterano colombiano Orlando Torres (35 años), un exámen que supo sortear con éxito y bastante potencia. Heiland no se intimidó ante el mayor porte del cafetero, llevó a su rival al retroceso y al refugio constante de las cuerdas. De arranque, el argentino propuso pelea franca, ninguna sutileza.En el primer asalto marcó los puntos de flaqueza de su rival, encontró los planos inferiores para castigar y terminó conviertiéndose casi en un protagonista excluyente. Su izquierda viajando a fondo, puso en problemas a Torres, impedido así de lanzarse al contragolpe audaz. Heiland marcó terreno en base a potencia. Su tarea de desgaste comenzó a rendirle frutos a la altura del tercer episodio cuando se hizo dominador e intentó el desborde. Lo del colombiano hasta ahí, fue modesto. Más preocupado por los embates del rival, puso a la gestión ofensiva en un segundo plano e incurrió en foules que impusieron una pausa obligada, bienvenida.La zurda del piguense marcó el ritmo y llevó el peso de la pelea, aún sin la profundidad ni la puntería como para terminar más rápido el trámite. Viejo aguantador, el moreno mostró guapeza y recursos para sostenerse en pie y desalentar al argentino, quien expuso aire y piernas para sostener su plan.A Heiland le faltó el moño, el nocaut que premie su esfuerzo. Torres zafó de los momentos de presión, aguantó casi todo y demostró tener oficio para ganarse la bolsa con dignidad.Ya con el resultado consumado, Heiland dedicó su victoria a su amigo, el “Tigre” y prometió volver a guantear en el gimnasio Municipal, cuando se lo requiera. El “Gauchito” obvio, ganó por un campo. Las tarjetas cerraron en 79-72; 79,5-74 y 80-71,5 inclusive, haciendo precio.

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