Primero pienso, después defino...

Lo que se aprende no se borra. Y la derrota en Las Vegas le cambió todos los procesos al campeón argentino de los welters que entendió la lección y mostró otros recursos para ganarle ampliamente al retador cordobés Jorge “Chino” Miranda. Ningún descontrol, no existieron las manos desesperadas, ni los cruces innecesarios esperando conectar a cualquier precio. El “Tigre” fue paciente y se tomó su tiempo para marcarle el terreno al rival, lastimarlo temprano y desgastarlo casi hasta el límite de su guapeza. Con la consigna de “tocar y salir”, el local empezó a perfilar una pelea que se simplificaría a partir de un golpe ascendente que lesionó al de Laboulaye –sufrió la fractura del tabique nasal- y lo condicionó por el resto del match. En ataque el campeón argentino siempre llevó. Tiró en buena proporción, tuvo puntería y aún más, demostró que su velocidad para anticipar se mantiene intacta. Siempre con la derecha como documento, presionó a Miranda quien ya lucía complicado por la hemorragia y la imparable ofensiva del rival, que desgastó en los planos altos y desde los ángulos más variados. El cordobés sufrió la pelea y sólo pudo exhibir guapeza ante tanta adversidad. Ya en el descanso del tercero, Alberto San Miguel le planteó la posibilidad de no seguir pero Miranda decidió jugarse por lo que parecía un imposible. Arriesgó todo lo que tenía a su alcance pero en el cuarto donde volvió a ser claramente superado y ya no hubo una segunda oportunidad para él. No salió al round siguiente y se consumó así el nocaut técnico que Saldivia festejó de manera especial por tratarse del regreso a su ciudad y de una retención exitosa de su faja nacional ya en la despedida del 2.010.
Foto Walter Calderón/Jornada.

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